El tetradracma ático de Atenas

El tetradracma ático aparece en Atenas al término de la época arcaica, a finales del siglo VI. Fue la primera moneda hegemónica internacional. Se estuvo acuñando hasta aproximadamente el año 86 a.C., y terminarían siendo sustituidas por los denarios romanos.

Esta pieza ha tenido diferentes tipologías, las cuales se pueden dividir en 4 periodos: arcaico, clásico, post-clásico y helenístico, y en cada periodo se pueden dividir a su vez en otros subtipos.

 

Pero en este artículo vamos a centrarnos fundamentalmente en el de época clásica, ya que son los tetradracmas que más han llegado a nuestros días, tremendamente atractivos y los que más relevancia histórica han alcanzado. Dentro del mundo de la numismática y del comercio y compra y venta de monedas antíguas esta son siempre piezas muy valoradas.

 

 

Será en época clásica cuando más piezas se acuñen, fundamentalmente debido a dos factores. El primero se debe a la explotación de una nueva veta subterránea encontrada en las minas de Laurión, las cuales se encuentran a 50 kilómetros del sur de Atenas. En los siglos V y IV a.C., la producción de las minas de Laurión representaba el 25% de la riqueza anual del estado ateniense. Con esta plata el arconte Temístocles mandó construir una armada de 200 buques de guerra, con la que obtuvieron una victoria frente a los persas en la batalla de Salamina. El segundo factor en la obtención de plata se debe a los tributos llegados de las ciudades pertenecientes a la Liga de Delos. Esta liga había sido formada como una alianza de varias polis griegas capitaneadas por Atenas con el propósito de defenderse ante la invasión persa. Una vez que consiguieron neutralizar a los persas, además de terminar con la piratería, el comercio floreció en el Egeo y terminaron imponiendo el tetradracma de Atenas en toda la liga. Atenas mediante la Liga de Delos centralizó los impuestos siendo esta polis la primera beneficiaria, aprovechando además estos ingresos para la reconstrucción de la ciudad.

 

En cuanto a la descripción simbólica de esta moneda, podemos apreciar que en el anverso se representa la cabeza de perfil de la diosa Atenea con un casco ático, la cual era la diosa patrona de la polis de Atenas. En el reverso podemos observar en el centro un mochuelo. Atenea a parte de ser la protectora de la ciudad, es la diosa de la sabiduría, y el mochuelo representaría esta virtud. A la izquierda del mochuelo aparece una rama de olivo, en representación a la gran producción de aceite que tenía lugar en Atenas, la cual era su principal industria que consiguió expandir por gran parte del Mediterráneo. A la derecha del mochuelo aparece en vertical la leyenda de ΑΘΗ, la cual es una abreviatura de ΑΘΗNAION, que significa de los atenienses.

 

Será a partir del 455 a.C. cuando el busto de Atenea que hasta ahora había tenido rasgos artísticos propios de época arcaica, varíen hacia un estilo más clásico. Los ojos siguen teniendo un carácter arcaico, aunque no son tan almendrados y la sonrisa no es tan pronunciada, suavizándose el gesto del rostro. El casco de Atenea ahora está decorado con tres hojas de olivo sobre la visera y una palmeta en espiral en el cuenco del casco. En el reverso aparece otra novedad, y es que justo a la izquierda del mochuelo aparece una luna creciente, lo cual puede simbolizar la naturaleza nocturna del animal. Otra teoría apunta a que esta luna creciente se puede deber a la conmemoración de la victoria ateniense sobre los persas en la batalla de Salamina, ya que en ese momento la luna estaba en cuarto creciente. Mientras que otras ciudades fueron modernizando y alterando el aspecto de sus monedas, Atenas conservó este diseño, para enfatizar en la confiabilidad de su moneda, ya que la pureza y estabilidad de la acuñación de Atenas, hizo que el patrón ático acabara extendiéndose por el Egeo y Sicilia. Posteriormente Alejandro Magno extendió el patrón ático por sus dominios.

Las falsificaciones de los tetradracmas de Atenas, muchas oficiales en forma de “dinero de emergencia” fueron comunes en un determinado periodo, fundamentalmente tras las guerras del Peloponeso y por ello, en el 375 a.C., se decretó la ley de Nikophon, ordenando la presencia de examinadores en el Ágora, con el objetivo de aplicar un corte a las monedas, para verificar que el interior también fuese de plata y no se trataran de monedas forradas, aunque también muchos falsificadores se adaptaron a ello y por eso llegó a haber falsificaciones con un corte forrado, para que pasaran por auténticas.