Monedas del Rey Fernando VII (V) – La moneda de oro absolutista
Hola y bienvenidos a Numismática Mayor 25.
El artículo que les ofrecemos a continuación es la primera parte de un estudio dividido en dos partes en el que analizaremos las monedas de oro peninsulares del Rey Fernando VII una vez finalizada la Guerra de Independencia española, comprendiendo por tanto las monedas realizadas entre los años de 1814 a 1833.
En la parte que ahora nos ocupa nos centraremos en las monedas acuñadas durante los dos periodos absolutistas de su reinado y, posteriormente, les mostraremos las emisiones del Trienio Liberal en las que se realizaron cambios de importancia con respecto a las demás emisiones.
En Mayor 25 trabajamos habitualmente con este tipo de piezas, que despiertan un verdadero interés entre nuestros clientes y en el mundo del coleccionismo de la moneda antigua en general.
Esperamos poder transmitirles, no solo la belleza de las mismas, sino también el importante papel que ocupan dentro del ámbito de la numismática española.
En artículos previos pudimos ver lo convulso que fue el reinado de este monarca, que transcurrió entre la modernidad y la contemporaneidad. Éste tuvo que lidiar con la incursión napoleónica y con la progresiva pérdida de los territorios americanos pero ante todo, hubo de hacer frente a la creciente situación de tensión entre absolutistas y liberales por el poder.
El inicio de su reinado tuvo lugar el día 19 de marzo del año de 1808, momento en el que su padre, el Rey Carlos IV, abdicaba a su favor por las presiones derivadas del reciente episodio del Motín de Aranjuez.
La primera etapa de su reinado fue extremadamente corta, finalizando el día 5 de mayo de ese mismo año, cuando éste traspasase los derechos al trono a Napoleón Bonaparte.
Las únicas piezas realizadas en oro durante este año fueron unas monedas de dos escudos labradas en Sevilla, y unas medallas de proclamación, con módulo de medio escudo, labradas en la capital tras su proclamación en ésta el día 24 de agosto.
Las emisiones fueron realizadas en un momento en el que Fernando VII ya no ostentaba el trono español y por lo tanto, puede afirmarse que no acuñó moneda durante este periodo en este metal, sino que fue emitida a su nombre por las autoridades que quedaron en la Península tras su marcha.
Como curiosidad cabe apuntar que fue Luis María de Borbón y Vallabriga el único miembro de la familia real que quedó en España como máximo representante de la dinastía. Este infante fue hijo del malogrado hermano de Carlos III Don Luis de Borbón y sería él quien con posterioridad presidiría el consejo de regencia.
Su hermana fue la famosa Condesa de Chinchón inmortalizada magistralmente por Goya y casada con Godoy favorito de los padres de Fernando VII.
A lo largo de las Guerras Napoleónicas en España (1808-1814) se realizaron, como en los ejemplos que acabamos de ver, las primeras emisiones a nombre de este monarca, si desean profundizar en este tema pueden hacerlo a través de los artículos que hemos dedicado exclusivamente a ello.
Los dos periodos absolutistas de su reinado fueron el Sexenio Absolutista (1814-1820) y la llamada Década Ominosa (1823-1833).
En ambos casos trató de restaurar el tradicional régimen monárquico, en contra de los liberales que abogaban por la Constitución aprobada por las Cortes Generales en Cádiz el día 19 de marzo del año de 1812.
Se trata de un asunto controvertido, donde existe una disputa de poderes entre las autoridades que habían quedado en España y el propio Fernando VII; éstas habían gobernado en nombre del Monarca pero sin su aprobación, contraviniendo los tratados que él mismo había firmado con el Emperador de Francia.
El día 11 de diciembre del año de 1813, mediante la firma del tratado de Valençay, Napoleón devolvió al “Deseado” su derecho al trono y sus plenos poderes. A los pocos días el Rey regresaba a la Península, suprimiendo por decreto la Constitución y declarando nula la obra de las Cortes. Tras su entrada triunfal en la ciudad de Madrid, el día 13 de mayo del año de 1814, se iniciaba la etapa conocida como Sexenio Absolutista, cuyo sistema monetario sería igual al que se utilizaría años más tarde durante la Década Ominosa.
En lo que respecta al ámbito de la numismática española la vuelta de los valores monárquicos supuso la reimplantación del sistema monetario previo a la guerra, modificando algunos aspectos de las monedas emitidas por ambos bandos.
En lo respectivo a las monedas josefinas se sustituyó el real de vellón, como unidad de cuenta, por los habituales reales y escudos de las monedas de plata y monedas de oro españolas, tanto el busto de José Napoleón como su escudo fueron sustituidos por los de Fernando VII.
En el caso de las monedas fernandinas se procedió a la unificación del busto. El nuevo diseño se asemejaba al utilizado por los emperadores romanos tras sus triunfos en las campañas militares y es conocido como “laureado” o “a la heroica”, en él puede verse el retrato desnudo del Rey vistiendo la corona de laurel como único atributo.
Este es un diseño propio de la Europa del momento, en la que el estilo Imperio, desarrollo postrero y natural del neoclasicismo, fue la principal tendencia en el arte.
A tal extremo se llega en la idealización del busto real que, si hay un caso paradigmático en la historia, es precisamente el de Fernando VII. Rey de proverbial fealdad que protagonizó al respecto una divertida anécdota con la primera de sus mujeres: La princesa María Antonia de las Dos Sicilias.
Siguiendo las costumbres cortesanas de la época, estando aún en Nápoles la princesa prometida al Príncipe de Asturias, se le entregó un retrato del futuro esposo. Ésta, perpleja por la poco agraciada imagen del joven (recordemos que en el momento de los esponsales en 1802, apenas contaba 18 años) parece que se contentó haciendo de tripas corazón.
Pero…al llegar la princesa a Barcelona y recibirla su esposo a pie de carruaje escribió sus impresiones en carta a su cuñado como sigue: “Bajo del coche y veo al príncipe; creí desmayarme. En el retrato parecía más bien feo que guapo; pues bien, comparado con el original ¡Es un Adonis! (el del cuadro).
Cuando está uno preparado encuentra el mal menor, pero yo que creí esto quedé espantada al ver que era todo lo contrario”.
Esta nueva imagen se plasmó en todos los valores de las monedas de oro, desde las piezas de medio escudo hasta las grandes onzas de ocho escudos.
Fue utilizado durante todos los períodos, incluido el Trienio Liberal, aunque en este último se hizo de forma marginal como veremos más adelante.
La tipología de anverso y de reverso es igual que en los reinados previos: en el anverso puede verse la fecha de acuñación y la leyenda, ésta última contiene el nombre del monarca e indica su condición como Rey de España y de las Indias; en el reverso aparece el gran escudo coronado de la dinastía Borbón en España, rodeado del collar del Toisón de Oro.
La mayoría de las emisiones se realizaron durante el Sexenio Absolutista en la ceca de Madrid, aunque cabe destacar también la ceca de Sevilla, donde se realizaron monedas de dos escudos con este retrato durante los tres períodos señalados.
Esto es una peculiaridad de la ceca, pues como ya se ha indicado, el uso de este retrato durante el Trienio fue algo marginal y esta fue la única ceca que lo utilizó en la emisión del año de 1821.
La moneda de oro fernandina fue homogénea durante estos años en los territorios peninsulares pero como veremos en la segunda parte de esta serie de artículos, su diseño sufrió profundas e interesantes modificaciones durante el período constitucionalista (1820-1823).
Aquí finalizamos este breve estudio, el cual esperamos que hayan disfrutado y que haya resultado de su interés. En Mayor 25 estaremos encantados de recibirles y asesorarles en la compra y valoración de este tipo de piezas, que como ya les hemos comentado con anterioridad, es un tipo de monedas antiguas de oro en las que estamos especializados y con las que trabajamos de forma habitual.
Gracias y hasta pronto.
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