Los duros de Madrid de Felipe V | 8 reales de plata

Hace poco analizamos los que fueron los últimos duros acuñados en el Real Ingenio de Segovia y en esta ocasión es el turno de los duros o reales de a ocho emitidos en la capital por Felipe V, los cuales presentan como verán a continuación una serie de peculiaridades muy interesantes.

 

Estas monedas antiguas de Madrid pueden dividirse en varios grupos, ya sea por su diseño o por su técnica de acuñación.

Nosotros comenzaremos analizando aquellas piezas que más se asemejan a los ocho reales segovianos y a las que resulta más corriente referirse con el término duro, después veremos las que fueron las únicas monedas de plata con retrato regio acuñadas por este monarca y en último lugar los ejemplares que fueron acuñados a martillo.

 

 

Los duros madrileños que se elaboraron mediante técnicas mecanizadas y que por ello más nos recuerdan a los del Ingenio fueron acuñados, o bien a molino, o bien a volante.

La primera de las técnicas se utilizó para las piezas realizadas entre los años de 1710 y de 1716, mientras que la segunda se utilizó entre los años de 1728 y de 1740.

Las monedas elaboradas a volante no presentan variaciones entre sí, mientras que en aquellas elaboradas a molino pueden encontrarse algunas, como en el caso del diseño de la corona del escudo.

 

 

Vemos ahora los únicos duros con el retrato real de Felipe V que existen. Fueron acuñados en la Plaza de las Descalzas el año de 1709, se trata de piezas polémicas y escasas.

El busto de estilo francés, obra de Norbert Roettiers, es muy similar a algunos de los retratos de Luis XIV de Francia, éste viste una gran y voluminosa peluca anudada de la que sobresale la corona de laurel.

El reverso cuenta con el escudo real simple coronado y la leyenda “Dextera Domini exaltavit me” -en latín, que la diestra de Dios me exalte-, que también aparece en monedas con monograma de Felipe V realizadas en Segovia.

 

 

En último lugar revisamos las monedas fabricadas a martillo, a las que también se conoce comúnmente como macuquinas.

Se labraron entre los años de 1704 y de 1709, cuentan con el diseño habitual de anverso con escudo real coronado y reverso con los cuarteles de Castilla y León.

Apenas fueron emitidas durante unos pocos años, debido a que su técnica de acuñación era muy rudimentaria y a que una de las principales metas de las reformas monetarias de este rey era la mejora de la calidad del numerario.

 

Esperamos que hayan disfrutado de este análisis sobre los ocho reales de Madrid y les recomendamos, que no dejen de revisar el artículo que dedicamos a los últimos duros segovianos, ni el futuro estudio que dedicaremos a los interesantísimos duros sevillanos.

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