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Cruz de distinción del Ejército de Asturias

La Cruz de distinción del Ejército de Asturias es una distinción que fue creada en la Real Orden de 4 de junio de 1815 por el Rey Fernando VII con el objeto de premiar (tal y como dice la Orden):

«El entusiasmo, valor y bizarría con que se condujo el Ejército asturiano en el tiempo en que, circundada de enemigos aquella región, y sin auxilios del Gobierno Supremo, fue acometida por los que estaban en Galicia, Castilla y Montañas de Santander, mandados por el Mariscal Ney y por los Generales Kellerman y Bonet, y se sostuvo durante un año a pesar de sus reducidos efectivos, con escarmiento del enemigo al que batió y rechazó con mucha gloria de las reales armas y honor de sus naturales».

Como es de sobra conocido por todos, desde el año 1808 hasta el año 1814 el Reino de España vivió sumergido en una feroz lucha frente al ejército del Primer Imperio Francés, cuyo Emperador, Napoleón I, había ocupado España, engañando la confianza del Rey Carlos IV (recordamos el Tratado de Fontainebleau por el que se permitía el paso de las tropas francesas a través del territorio español para acceder a Portugal), y coronando como Rey de España a su hermano José Bonaparte, con el objetivo de convertir a España y su importante Imperio Colonial, en un estado satélite a los intereses de Francia.

Posteriormente llegarían el Motín de Aranjuez, el cual provocó la subida al trono de Fernando VII y la Revuelta del 2 de mayo en Madrid.

 

Tras la revuelta, el Consejo de Regencia declara la Guerra a Francia y por todos los pueblos del Reino se crean juntas de Gobierno y Defensa, estas dependen a su vez de la Junta Suprema Central, que pretenderá hacer frente al vacío de poder fraguado por el secuestro de la Familia Real.

Volviendo al motivo que nos trae este artículo, nos trasladamos a Asturias, el día 9 de mayo de 1808, la Junta General del Principado de Asturias se reunió en Oviedo para decidir las acciones a tomar ante la actitud hostil de los franceses.

Los diputados asturianos estaban divididos sobre que camino tomar, y cuando estaban a punto de someterse a los intereses del Emperador el anciano general don Joaquín de Navia Osorio tomo la palabra y decantó la balanza a favor de declarar la guerra al Emperador:

“La tierra que pisamos quisiera yo que se abriese en este instante y nos tragase a todos, para que se sepultase en sus entrañas tanta pusilanimidad y cobardía. Queden aquí en su abyección y en su egoísmo los que se resignan a ofrecer sus cuellos a las argollas que les remachará el usurpador; pero yo me marcharé solo a encontrar sus legiones en el confín de Pajares, con un fusil cuya bayoneta clavaré en el primero que intente poner en él su planta. Me matarán y pasarán sobre mi cadáver, si no lo hiciesen pedazos; más la posteridad sabrá que hubo un astur leal y bizarro que murió resistiendo solo a la invasión de este noble suelo…”

Dese este momento el ejército de Asturias se organizó y combatió heroicamente contra los franceses tanto en territorio asturiano como en otras provincias de España.

Fue ya en 1812 cuando los franceses cayeron en la derrota de Los Arapiles, estos salieron de Asturias para no volver, pero los Asturianos siguieron luchando hasta la victoria de Toulouse (10 de abril de 1814) y la derrota final de Napoleón, haciendo honor al lema del Ejército: Asturias nunca vencida, lema otorgado por S.M. el Rey D. Fernando VII a su regreso a España.

Todos estos acontecimientos estimularon la creación de varias distinciones en honor a los actos heroicos vividos, como por ejemplo la Medalla de la Cruz de la Victoria y Cruz de distinción del ejército de Asturias que da nombre a este relato.

La Cruz de Distinción del Ejercito de Asturias (1814)

La insignia se compone de una cruz de cuatro brazos ensanchados, con esmalte blanco y rematados por triángulos isósceles de color amaranto, cayendo sobre un centro que presenta como escudo la Célebre Cruz de Asturias sobre campo azul orlado en blanco con el lema «Asturias nunca vencida», frase acuñada por el entusiasmo popular al comenzar la guerra, y, sobre el reverso, la inscripción «Exercito Asturiano 1808″. Una corona de laurel la une por el brazo superior a la cinta, mitad color de caña subido y mitad amaranto.

En 1910 el Centro Asturiano de Madrid elaboró un proyecto con el que quería conmemorar el centenario de los valiosos hechos protagonizados por el ejército asturiano. La intención del Centro era lograr la misma autorización que ya el gobierno español había concedido a varios lugares de España para crear medallas conmemorativas después de cien años de los sucesos de la Guerra de Independencia, por desgracia este proyecto nunca salió adelante, pero lo que no se consiguió en 1910 se hizo realidad cien años más tarde con la creación por parte del Principado de Asturias de la “Medalla Conmemorativa del Bicentenario de la Cruz de Distinción del Ejército de Asturias“, con motivo del bicentenario del retorno de D. Fernando VII a España y la finalización de la Guerra de la Independencia. Como curiosidad cabe destacar que una copia en oro de esta medalla fue otorgada a Elisabeth II, reina del Reino Unido, dado que la presencia del Duque de Wellington en tierras españolas resultó de tremenda importancia en la lucha contra el imperio francés.

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¡Hasta pronto!