Pruebas Numismáticas | Alfonso XIII
Durante el reinado de Alfonso XIII encontramos una variedad de moneda mucho mayor que en el caso de su padre, Alfonso XII, en gran medida por la temprana muerte de este último.
Pero además de las monedas que llegaron a circular se pensaron numerosas variantes que constituyen un interesante grupo de pruebas oficiales no adoptadas como así veremos a continuación.
Las hemos separado en dos artículos dado su número, en éste veremos las monedas de 5, 10 y 25 céntimos, de las que solo existen estas pruebas, ya que realmente no llegaron a emitirse monedas con estos valores.
En un futuro artículo veremos el resto de los valores peninsulares. Recuerden que disponen de un vídeo sobre este artículo en nuestro canal de Youtube.
Para las piezas de 5 céntimos se pensó en un mismo diseño de anverso cuya imagen central era un león, como alegoría de España, acompañado de la fecha de acuñación y con la palabra “España” en la parte inferior.
Se plantearon tres diferentes reversos, los dos primeros en 1929 y el tercero en 1930, todos ellos realizados en cobre.
El primero con escudo de España coronado y rodeado de corona de laurel y valor “CINCO-CENTIMOS” en leyenda.
El segundo con una estrella de ocho puntas con filigrana y sobre ella el valor “5” como imagen central, y la palabra “CENTIMOS” en la parte inferior.
El tercero con escudo de España ovalado y coronado, con roleos vegetales, collar de la Orden del Toisón de Oro y laurel, y valor “CINCO CENTS” en la leyenda superior.
Para los ejemplares de 10 céntimos se acuñaron dos diseños diferentes, ambos en cuproníquel.
En 1928 encontramos una moneda de gran belleza en cuyo anverso aparece la figura del dios Hermes o Mercurio, que lleva en su mano izquierda el caduceo y en la derecha sostiene una niké o victoria alada, en la parte inferior puede verse el año de acuñación.
No debe de resultar extraño el uso de esta figura mitológica, pues ya en las culturas clásicas se asociaba al comercio y de hecho es posible encontrar monedas antiguas en las que ya se utilizaba su imagen.
En el reverso de estas piezas encontramos una rama de olivo y sobre ella un pequeño escudo de España coronado y el número “10” a la izquierda, en la parte inferior derecha de la leyenda aparece escrita la palabra “CENTIMOS”.
El año 1929 la moneda muestra en su anverso una cabeza femenina, que es una personificación de España con corona mural, representación que no necesariamente debe asociarse a la Primera o Segunda República Española, ya que este tipo de corona es una herencia romana ya utilizada en la representación de sus provincias y que ha sido utilizada posteriormente en un gran número de personificaciones nacionales.
A la derecha, en la leyenda, se lee la palabra “ESPAÑA” y el año de acuñación.
El reverso muestra de fondo una rama de olivo sobre la que se encuentra el número “10” y la palabra “CENTIMOS” en la parte inferior.
Pasamos ya al último de los valores que veremos en esta ocasión, los 25 céntimos, del cual se realizaron varios diseños diferentes en varios metales.
En 1907 la prueba realizada en níquel presenta un anverso con el nombre “ALFONSO XIII” como motivo central, éste se encuentra coronado y bajo el mismo encontramos una discreta flor de lis.
En los laterales de la leyenda se lee “ESPAÑA” y el año de acuñación. El reverso lo conforma una estrella de cinco puntas con puntos en el interior de las mismas y rodeada de roleos vegetales, en el interior de ésta leemos “25 CENTIMOS”.
Para el año de 1925 contamos con otras dos pruebas, una realizada en latón no adoptada y otra en níquel que sí llegó a adoptarse y que es la primera moneda emitida por España en este metal.
Ambas comparten un mismo anverso, con alegoría de la marina y leyenda “ESPAÑA.1925”.
La realizada en latón presenta un reverso con caduceo, en clara alusión a Hermes o Mercurio como dios del comercio, al igual que en la prueba de 10 céntimos de 1928 que acabamos de ver.
Por otro lado, la prueba realizada en níquel cuenta con un reverso con el número 25 de su valor coronado y flanqueado por ramas de laurel.
En 1926 se realizó otra prueba no adoptada en plata cuyo anverso cuenta con el monograma real coronado y leyenda “ALFONSO.XIII.REY DE ESPAÑA 1926”.
En el reverso el número 25 de su valor sobre ramas de trigo, probablemente como referencia a la agricultura.
Este último reverso que acabamos de ver se repite al año siguiente, en 1927, en el que se emiten piezas de cuproníquel cuyo anverso muestra la corona a izquierda y un martillo envuelto por una rama de laurel como alegoría del trabajo.
En la leyenda, en la parte inferior izquierda, puede leerse “ESPAÑA”.
Hay que destacar que estas piezas son las primeras con agujero del monetario español, algo que se realizó a fin de evitar que estas monedas de cuproníquel fuesen confundidas con monedas de plata, ya que éstas sí fueron puestas en circulación.
Para este mismo año existen unas pruebas no adoptadas en níquel también troqueladas, en el anverso aparece el año de acuñación y dos cuernos de la abundancias o cornucopias repletas de frutos y en el reverso una corona, el valor de la pieza y una rama de laurel.
Como hemos comentado al inicio de este artículo existen otra serie de pruebas realizadas en la Península que veremos en un futuro artículo a fin de no alargar en exceso el actual. Esperamos que estas piezas hayan resultado de su interés y esperamos contar con ustedes en futuras publicaciones sobre numismática.
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