Las siempre interesantes “Monedas de Bolsa” históricas y españolas

Hasta ahora hemos ocupado espacios en este Blog de Numismática Mayor25 a los bullion o monedas de inversión modernas que, emitidas desde 1967, caso del Krugerrand, se comercializan en todo el mundo y entre un gran público de seguidores que prefieren el oro amonedado a un simple lingote sin “alma”.

Pero no solo de bullion o monedas de inversión modernas puede “vivir” el inversor o ahorrador. Aquí y ahora vamos a descubrir otro sector, menos conocido que lo American Eagle, Panda o Canguros, pero igual de interesante e, incluso, más gratificante: el de las popularmente conocidas entre los numismáticos como “Monedas de Bolsa”, a las que añadimos el calificativo de “históricas”.

Hablamos de las monedas de oro de pequeño formato y peso, pero de gran calidad y belleza, además del bagaje histórico que hay tras su emisión, que en esta primera entrega vamos a señalar como lugar de nacimiento el de España y datar en el siglo XIX. Nos referimos a las famosas “isabelinas” y “alfonsinas”.

Si nos atenemos a los dictámenes de la Agencia Tributaria y su Anexo Noveno de la Ley 37/1992, de 28 de diciembre, del Impuesto sobre el Valor Añadido, son monedas destinadas a la inversión aquellas que “Que sean de ley igual o superior a 900 milésimas. Que hayan sido acuñadas con posterioridad al año 1800. Que sean o hayan sido moneda de curso legal en su país de origen. O que sean comercializadas habitualmente por un precio no superior en un 80% al valor de mercado del oro contenido en ellas”.

Estas piezas, “isabelinas” y “alfonsinas”, no solo cumplen todos esos requisitos, sino que, además, se mueven con total seguridad en el terreno del coleccionismo numismático. Es decir, con ellas no solo se cumple una grata misión, la del coleccionismo numismático, sino que estas bellas monedas cumplen a la perfección su misión como monedas de ahorro e inversión. Incluido sobre todo su ámbito fundamental de la liquidez, ya que pueden venderse en cualquier establecimiento numismático o mercado europeo, americano y asiático.

Monedas isabelinas de 80 y 100 reales oro

Pese al caos monetario circulante durante el reinado de Isabel II (1833-1868), en el que se sucedieron hasta cinco sistemas distintos, las monedas de oro se acuñarán en faciales de 80 reales o doblón en 1835; el doblón o 100 reales, en 1850, cuyos divisores se cuentas en 1.000 décimas; 20, 40 y 100 reales, divididos en reales, entre 1854 y 1864; las monedas de oro del cuarto sistema monetario se regulariza en divisores de 10, 4 y 2 escudos, con fechas de acuñación de 1865; y, por último, emisiones fechadas en 1861 y con valor en pesos para Filipinas.

En todas las nuevas piezas el busto de la reina va variando acorde con su edad, según el buril de grabado de Remigio Vega o de Luis Marchioni.

En el anverso, la reina, rodeada siempre por la leyenda “Isabel 2ª Por la G. (Gracia) de Dios”, añadiéndose a partir de 1850 “y la Const (Constitución)”, además la fecha de emisión. En el reverso, las diferentes monedas de oro mostraban en el centro el escudo coronado rodeado por el Toisón de oro y la leyenda “Reina de España y de las Indias”, o “Reina de las Españas”.

 «Monedas de bolsa españolas»:Los Alfonsos XII y XIII

La principal característica de estas emisiones es la de sus valores faciales, ya en pesetas. El nuevo sistema monetario que duraría hasta la llegada del euro en el siglo XXI.

El joven rey Alfonso XII vuelve del exilio en Paris y jura la Constitución en 1876. Desde entonces, en todas sus emisiones y las de su hijo se podrá leer ·Rey Constitucional”.

Sus emisiones en oro parten de las 10 pesetas de 1878 y 1879; de los 4 pesos para Filipinas, años 1880, 81, 82 y 1985; y las 25 pesetas de 1876 a 1881 y de este año a 1885. Gregorio Sellán fue el artista grabador de los cuños de Alfonso XII con dos tipos diferentes: el monarca barbilampiño, recién llegado al trono y el retrato conocido como “Patillas” al estilo del emperador austriaco Francisco José.

En cuanto a las emisiones y tipos de las monedas de oro acuñadas a nombre de Alfonso XIII, se iniciaron con la corta edad de 1 año pues fue coronado monarca nada más nacer, tras el fallecimiento de su padre en 1885. Sus monedas de Bolsa comienzan en 1889 con el tipo conocido como “Pelón”. Ya en 1892 las emisiones continúan con el tipo denominado “Bucles” debido a los rizos con los que se muestra el retrato del rey. En 1899 cambia el retrato al conocido como “Tupé”, por tener un mechón de pelo sobre su frente,  siendo ya grabador general Bartolomé Maura. Con dieciocho años cumplidos, Alfonso XIII se muestra en las monedas de 1904 con valor de 20 pesetas oro con el tipo “Cadete”.

Cualquiera de estas monedas, “isabelinas” o “alfonsinas”, que no hayan estado nunca colgadas en pulseras, collares o broches, tienen una buena salida en los mercados nacionales. Aunque , como siempre, aconsejamos las profesionalidad de los comerciantes con negocios de prestigio establecidos en tiendas numismáticas, como es el caso del establecimiento Mayor 25, en Madrid. Nombre que por si solo ya garantiza seriedad y honestidad en la venta y compra de estas monedas de Bolsa.

Por José María Martínez Gallego